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Hijo mío, no olvides mis instrucciones. Recuerda siempre mis mandamientos. Así vivirás muchos años, y tu vida será plena*. Aférrate a la bondad y a la verdad. Átalas a tu cuello y escríbelas en tu mente. Así tendrás buena reputación y serás apreciado por Dios y la gente. Pon tu confianza totalmente en el Señor, y no te fíes de lo que crees saber. Recuérdalo en todo lo que hagas, y él te mostrará el camino correcto. No te creas sabio, respeta a Dios y evita el mal. Entonces serás sanado y fortalecido.
Honra al Señor con tu riqueza y con los primeros frutos de tus cosechas. 10 Entonces tus graneros serán llenos de fruto, y tus estanques rebosarán de vino nuevo.§
11 Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrija, 12 porque el Señor corrige a los que ama, así como un padre corrige al hijo que más le agrada.*
13 Felices son los que encuentran la sabiduría y obtienen entendimiento, 14 porque la sabiduría vale más que la plata, y ofrece mejor recompensa que el oro. 15 ¡La sabiduría vale más que muchos rubíes y no se compara con ninguna cosa que puedas imaginar! 16 Por un lado ella te brinda larga vida, y por el otro riquezas y honra. 17 Te dará verdadera felicidad, y te guiará a una prosperidad llena de paz. 18 La sabiduría es un árbol de vida para todo el que se aferra a ella, y bendice a todos los que la aceptan.
19 Fue gracias a la sabiduría el Señor creó la tierra, y gracias al conocimiento puso los cielos en su lugar. 20 Fue gracias a su conocimiento que las aguas de las profundidades fueron liberadas, y las nubes enviadas como rocío. 21 Hijo mío, aférrate al buen juicio y a las decisiones sabias; no los pierdas de vista, 22 porque serán vida para ti, y como un adorno en tu cuello. 23 Caminarás con confianza y no tropezarás. 24 Cuando descanses, no tendrás temor, y cuando te acuestes tu sueño será placentero. 25 No tendrás temor del pánico repentino, ni de los desastres que azotan al malvado, 26 porque el Señor será tu confianza, y evitará que caigas en trampa alguna.
27 No le niegues el bien a quien lo merece cuando tengas el poder en tus manos. 28 No le digas a tu prójimo: “Vete. Ven mañana, y yo te daré”, si ya tienes los recursos para darle. 29 No hagas planes para perjudicar a tu prójimo que vive junto a ti, y que confía en ti. 30 No discutas con nadie sin razón, si no han hecho nada para hacerte daño alguno. 31 ¡No sientas celos de los violentos, ni sigas su ejemplo! 32 Porque el Señor aborrece a los mentirosos, pero es amigo de los que hacen lo que es bueno. 33 Las casas de los malvados están malditas por el Señor, pero él bendice los hogares de los que viven en rectitud. 34 Él se burla de los que se burlan, pero es bondadoso con los humildes. 35 Los sabios recibirán honra, pero los necios permanecerán en desgracia.
* 3:2 La palabra usada aquí es Shalom, que significa paz y prosperidad. 3:3 “Escríbelas en tu mente”: Literalmente, “escríbelas en la tabla de tu corazón”. 3:8 Literalmente este versículo dice: “La sanidad será tu ombligo, y bebida para tus huesos”. § 3:10 “Vino nuevo”: En otras palabras, jugo de uvas. * 3:12 Lecturas de la Septuaginta: “él castiga al hijo que le complace”. 3:20 Esto se refiere probablemente al relato de la creación del que habla el Genesis.