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Oídme, islas, y escuchad, pueblos lejanos: Jehová me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
Y ha puesto mi boca como espada afilada, me ha cubierto con la sombra de su mano; y me ha puesto como saeta pulida, me ha guardado en su aljaba.
Y me dijo: Tú eres mi siervo, oh Israel, en ti seré glorificado.
Entonces dije: En vano he trabajado; por demás y sin provecho he consumido mi fuerza; pero mi juicio está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.
Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a Él a Jacob. Bien que Israel no se reúna, con todo, yo seré glorioso en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fortaleza.
Y dijo: Poca cosa es que tú me seas siervo para levantar las tribus de Jacob, y para restaurar a los preservados de Israel: También te daré por luz a los gentiles, para que seas mi salvación hasta los confines de la tierra.
Así dice Jehová, el Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de los hombres, al abominado de las naciones, al siervo de los gobernantes: Verán reyes y se levantarán, príncipes también adorarán, a causa de Jehová que es fiel, y del Santo de Israel, el cual te escogerá.
Así dice Jehová: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para restaurar la tierra, para dar por herencia las asoladas heredades;
para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres tendrán sus pastos.
10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manaderos de aguas.
11 Y convertiré en camino todas mis montañas, y mis calzadas serán levantadas.
12 He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim.
13 Cantad, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montañas; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus afligidos tendrá misericordia.
14 Pero Sión dijo: Me dejó Jehová, mi Señor se olvidó de mí.
15 ¿Se olvidará la mujer de su niño de pecho, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.
16 He aquí que en las palmas de mis manos te tengo esculpida; tus muros están siempre delante de .
17 Tus hijos vendrán aprisa; tus destructores y tus asoladores saldrán de ti.
18 Alza tus ojos alrededor, y mira; todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos ellos, como de vestidura de honra, te vestirás; y te ceñirás de ellos, como lo hace la novia.
19 Porque tus asolamientos y tus ruinas, y tu tierra desierta, ahora será muy angosta por causa de los moradores; y tus devoradores estarán muy lejos.
20 Los hijos que tendrás, después de haber perdido a los otros, dirán a tus oídos: El lugar es demasiado estrecho para mí; hazme lugar para que yo more.
21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró a estos? Pues yo había sido privada de mis hijos, y estaba desolada, cautiva y errante: Y a estos, ¿quién los crió? He aquí yo había sido dejada sola; y estos, ¿dónde estaban?
22 Así dice el Señor Jehová: He aquí, yo alzaré mi mano a los gentiles, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.
23 Y reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, pues no serán avergonzados los que en esperan.
24 ¿Se le podrá quitar la presa al poderoso, o el justo cautivo, será liberado?
25 Pero así dice Jehová: Aun los cautivos serán rescatados del poderoso, y la presa del tirano será librada; porque yo pelearé con los que peleen contra ti, y yo salvaré a tus hijos.
26 Y a los que te oprimen les haré comer sus propias carnes, y con su propia sangre serán embriagados como con vino dulce; y sabrá toda carne que yo Jehová soy tu Salvador, y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.