27
En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte, al leviatán, serpiente furtiva, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.
En aquel día cantadle a ella, la viña del vino rojo.
Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe.
No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré juntamente.
¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz conmigo.
Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo se llenará de fruto.
¿Acaso lo ha herido, como Él hirió a quien lo hirió? ¿O ha sido muerto como los que en la matanza por Él fueron muertos?
Con medida lo castigarás en sus vástagos. Él los remueve con su recio viento en el día del viento solano.
De esta manera, pues, será expiada la iniquidad de Jacob; y éste será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando Él haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y ya no sean levantadas las estatuas de Asera, ni las imágenes del sol.
10 Porque la ciudad fortificada será desolada, la habitación será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y consumirá sus ramas.
11 Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.
12 Y acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde la corriente del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.
13 Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido echados en tierra de Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.