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Al director del coro. Salmo de David
Escucha, oh ʼElohim, la voz de mi queja:
Preserva mi vida del terror de perversos.
Ocúltame de la conspiración de malhechores,
Del tumulto de los que hacen iniquidad,
Que afilan sus lenguas como una espada,
Y la emplean como su flecha en un lenguaje amargo
Para dispararlas en oculto al inocente.
De repente disparan sus flechas, sin que teman.
 
Se animan unos a otros en su perverso designio
Y planean esconder trampas.
Dicen: ¿Quién las verá?
Traman injusticias y dicen:
Estamos listos con una conspiración bien concebida.
Tanto el pensamiento íntimo como el corazón del hombre son profundos.
 
Pero ʼElohim les dispara una flecha.
De repente vendrán sus plagas.
Así que ellas los hacen tropezar.
Los que los ven menean la cabeza.
 
Entonces temerán todos los hombres.
Proclamarán la obra de ʼElohim
Y entenderán sus hechos.
10 El justo se alegrará en Yavé,
Y se confiará en Él.
Se gloriarán todos los rectos de corazón.