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Sentencia de muerte no heredada
La Palabra de Yavé vino a : ¿Por qué repiten ese dicho en la tierra de Israel: Los padres comieron las uvas agrias, y los hijos sufren la dentera? ¡Vivo Yo! dice ʼAdonay Yavé, que nunca más repetirán ese dicho en Israel. Ciertamente todas las almas son mías. Tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. La persona que peque, ésa morirá.
El hombre que es justo, que practica la justicia y la equidad, que no come en los altares de las montañas, ni levanta sus ojos a los ídolos de la Casa de Israel, ni viola a la esposa de su prójimo, ni se une a una mujer en su período menstrual, que no explota a nadie, al deudor le devuelve la prenda empeñada, no roba, da de su pan al hambriento y cubre con su ropa al desnudo, que no presta con usura ni cobra intereses, que detiene su mano de la iniquidad, juzga de modo imparcial entre hombre y hombre, anda en mis Ordenanzas, guarda mis Estatutos y los cumple fielmente, ése es justo. Ése ciertamente vivirá, dice ʼAdonay Yavé.
10  Pero si engendra un hijo ladrón y homicida, o que hace cualquiera de estas cosas, 11  aunque no haga las otras, sino come sobre los altares de las montañas, o viola la esposa de su prójimo, 12  que oprime al pobre y necesitado, roba, no devuelve la prenda, o levanta sus ojos a los ídolos y comete repugnancia, 13  presta por interés y toma usura, ¿vivirá éste? No vivirá. Hizo todas estas repugnancias y ciertamente morirá. Su sangre caerá sobre él.
14  Pero si éste engendra un hijo, que a pesar de que vio todos los pecados de su padre, no los imita, 15  no come sobre los altares en las montañas, ni levanta sus ojos a los ídolos de la Casa de Israel, no viola a la esposa de su prójimo, 16  ni oprime a alguno, no retiene la prenda ni roba; que comparte su pan con el hambriento y cubre al desnudo; 17  que aparta su mano de la iniquidad y no recibe interés ni usura; que guarda mis Estatutos y anda en mis Ordenanzas, ése no morirá por la maldad de su padre. Ciertamente vivirá. 18  En cuanto a su padre, porque cometió agravio, despojó con violencia al hermano y cometió en medio de su pueblo lo que no es bueno, ciertamente él morirá por su iniquidad.
19  Y si dices: ¿Por qué el hijo no lleva el pecado de su padre? Porque el hijo actuó según la Ordenanza y la Justicia, guardó todos mis Estatutos y los cumplió. Ciertamente vivirá. 20  La persona que peque, ésa morirá. El hijo no recibirá el castigo por la iniquidad del padre, ni el padre recibirá el castigo por la iniquidad del hijo. La justicia del justo estará sobre él, y la perversidad del perverso caerá sobre él.
21  Pero si el perverso se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos mis Estatutos y hace según la Ordenanza y la Justicia, ciertamente vivirá. No morirá. 22  Ninguna de las transgresiones que cometió será recordada contra él. A causa de la justicia que practicó, vivirá. 23  ¿Quiero Yo la muerte del perverso? dice ʼAdonay Yavé. ¿No vivirá si se aparta de sus caminos?
24  Pero, si el justo se aparta de su justicia, comete repugnancia y hace conforme a todas las repugnancias que comete el perverso, ¿vivirá? Ninguna de las justicias que practicó le será tomada en cuenta. Por su infidelidad que practicó y por el pecado que cometió, por ellos morirá.
25  Y si dices: No es recto el camino de ʼAdonay. Oiga ahora, oh Casa de Israel: ¿Mi camino no es recto? ¿No son sus caminos los que no son rectos? 26  Cuando el justo se aparta de su justicia y comete iniquidad, muere. A causa de la iniquidad que cometió muere. 27  Pero al apartarse el perverso de la perversidad que cometió, y actuar según la Ordenanza y la Justicia, salva su vida. 28  Porque reflexionó y se apartó de todas sus transgresiones que cometió. Ciertamente vivirá. No morirá. 29  Si aún la Casa de Israel dice: No es recto el camino de ʼAdonay. Oh Casa de Israel, ¿no son rectos mis caminos? Ciertamente sus caminos no son rectos.
30  Por tanto oh Casa de Israel, Yo los juzgaré a cada uno según su conducta, dice ʼAdonay Yavé. Conviértanse y apártense de todas sus transgresiones para que la iniquidad no les sea una piedra de tropiezo. 31  ¡Echen de ustedes todas sus transgresiones que cometieron y fórmense un corazón nuevo y un espíritu nuevo! ¿Por qué morirán, oh Casa de Israel? 32  Porque Yo no me complazco en la muerte de alguno, dice ʼAdonay Yavé. Por tanto conviértanse y vivan.